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COLABORACIONES

Humildad, un Valor de oro.

Noviembre 14, 2014

Se ha dicho que las personas han ido perdiendo ciertos valores debido a los cambios en los estilos de vida modernos, o que deben renunciar a algunos para ser mejor vistos o aceptados en los diferentes círculos sociales, pero creo que el factor principal es la educación que recibimos en casa y que nos permite ir desarrollando un criterio y una personalidad. El respeto, la dignidad, la lealtad y la honestidad son ejemplos de valores que expresan mucho de la forma de ser de cada individuo, pero hay un valor que la mayoría de las personas carecen de él y peor aún, es muy difícil darse cuenta de la ausencia en sí mismo, la humildad.

Contare dos historias muy cortas para explicar lo anterior. Un joven descendiente de una familia que carecía de humildad en su personalidad, creció en un ambiente de lujos y comodidades debido a la situación económica familiar. Gracias a esto y a la educación que recibió de sus padres, él fue desarrollando una personalidad escasa de este valor. Unos años mas tarde, la mala administración en los negocios, llevó a la familia a la ruina. El joven tuvo que trabajar en diferentes oficios y vivir fuera de su hogar para poder estudiar. Con el paso del tiempo, pudo volver abrir el negocio que anteriormente había sido cerrado. Una vez más, pobre en humildad, él tomo un papel de jefe y no de líder en su empresa, viendo a los demás con superioridad, no solo a los empleados, si no a las personas que lo rodeaban. El gusto le duro poco, otra vez la mala administración llevó al fracaso a la empresa. Sin dinero y con una familia que debía mantener, vivió momentos difíciles, pero la vida le dio una nueva oportunidad. Este joven consiguió un empleo que lo llevo de nueva cuenta a la prepotencia. Con el uniforme de su nuevo empleo, se consideraba nuevamente superior a sus amistades y familiares, pero peor aún, resulta que era consejero empresarial, cuando el había fracasado como empresario por su mala administración.

La otra historia es de un señor que provenía de una familia humilde. Una persona muy agradable y alegre. A simple vista un gran señor. En el mundo de la política, como dicen por ahí, es cuestión de suertes, y la suerte parecía llegar a la familia de este individuo. Resulta que un familiar muy cercano a él, era uno de los aspirantes a la candidatura a la alcaldía del municipio donde vivían, pero solo aspirante, aún no era ni el candidato oficial. Este señor al ver el posible futuro que le esperaría gracias a su familiar, comenzó a hacer planes, y no necesariamente de negocios o de una vida mejor, sino de cómo serian sus privilegios, lo que iba a poder hacer sin tener miedo a la ley, como iba a presumir algún lugar en el ayuntamiento del municipio y que los que antes lo veían abajo, ahora lo tendrían que ver superior. Lo malo para él es que nunca pasó, todo quedo en planes.

Estos dos pequeñas historias de personas con escases del valor de la humildad nos dan grandes enseñanzas. La primera nos enseña que cuando consigamos algo, no debemos ser prepotentes ni sentirnos superiores a los demás, ya que no sabemos donde estaremos al día siguiente, un día estas arriba y otro totalmente abajo. La segunda es que luchemos y busquemos superarnos y tener mejores oportunidades, pero siempre manteniendo los pies en la tierra, pues como dice el fragmento de una canción de mariachi, “que aunque se pueda cabalgar entre los triunfos, con humildad hay que seguir siempre de frente”

email: madrid_azul7@hotmail.com

Carlos Virgen

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